Agua tibia con limón para empezar el día

Especial Anticáncer y Dieta Alcalina

El limón es sin duda junto a la granada mi fruta favorita y es que es la reina de las frutas alcalinizantes.  

Tradicionalmente fue usado para curar el escorbuto, una avitaminosis producida por la deficiencia de vitamina C, que es requerida para la síntesis de colágeno en los humanos entre otras funciones. El nombre químico para la vitamina C, ácido ascórbico, proviene de una raíz latina scorbutus. Era común en los marinos que subsistían con dietas en las que no figuraban fruta fresca, ni verduras,  ni hortalizas.

Fue reconocida hace más de dos siglos por el médico naval británico James Lind, que la prevenía o curaba añadiendo cítricos en la dieta.  Dado que los limones aguantaban mucho tiempo frescos, los marineros eligieron este cítrico para acompañarlos en sus travesías.

Muchas frutas y verduras ricas en vitamina C, tienen el problema, de que al ser esta vitamina fotosensible, cuando estos alimentos llegan a nuestro plato ya no contienen casi nada de esta valiosa vitamina C. Esto no ocurre con el limón, ya que contiene poderosos flavonoides que protegen la degradación de la vitamina C además de aportarle increíbles cualidades como antioxidantes. Destacar que el limón contiene más de 30 antioxidantes distintos además de la Vitamina C, destacando la herperedina, rutina, luteína, quercitina,  carotenos… El efecto antiaging del limón es indiscutible reflejándose en la calidad de nuestra piel.

El ácido ascórbico posee propiedades antibióticas contra muchas bacterias.

Gracias a la rutina, hesperedina y Vitamina C, el limón es un buen aliado del sistema cardiovascular ya que mejora la elasticidad de los vasos sanguíneos, mejora la hipertensión, las varices, hemorroides y otros trastornos circulatorios.

Aliado para la vista, ya que los antixodantes como la luteína mejoran mucho la visión.

Para las digestiones es un buen aliado, ya que sus aromas despiertan el apetito y el ácido ascórbico aumenta la secreción de pepsina y ácidos estomacales. 

Ideal en dietas de adelgazamiento, ya que su riqueza en potasio y calcio lo convierten en un buen diurético, además posee fibra soluble, pectina que  ayuda a que nos sintamos saciados y es un disolvente de grasas gracias al ácido cítrico, de ahí que cuando haces un zumo de limón solo enjuagues el exprimidor. Este ácido cítrico va a favorecer el ciclo de krebs, importantísimo ciclo para la metabolización de carbohidratos, grasas y proteínas y además es importante para la fijación de calcio en los huesos.

Es un desintoxicante nato de la sangre ayudando a reducir impurezas, cristales y otros tóxicos, por ello mejora mucho a los pacientes con gota o ácido úrico elevado, desinflamando las articulaciones, así como para personas con litisis renal.

Indispensable para el buen funcionamiento de nuestro macrófagos, células de las defensas primarias, ya que protege la membrana de dichas células de la oxidación por radicales libres por ello las membranas de estas céulas son muy ricas en Vitamina C. También es importante para un correcto número de linfocitos, otras células inmunólogicas de vital importancia.

Consigue gracias a su efecto astringente detener las hemorragias, en especial las nasales.

Un gran remineralizante y alcalinizante. En un estudio llevado a cabo en Suecia se observó que las personas que incluían un limón en su dieta diaria tenían al menos un 50% menos de posibilidades de padecer un cáncer de páncreas; también se sabe que la hesperdina presente en el limón detiene las metástasis en ciertos casos de cáncer  en especial al de estómago. (1). Otra de sus acciones es evitar la formación de nitrosaminas, reconocidos anticancerígenos.

Por todo ello os recomiendo tomar uno o dos limones en ayunas con agua tibia, es decir levemente calentada.

– Primero calentamos en un cacito el agua, mineral o filtrada, con un poco de la cáscara, ya que contiene entre 5 y 10 veces más vitaminas y mienerales. El agua debe ser tibia, no caliente, ya que si se calienta demasiado destruirá vitaminas como la C, enzimas, flavonoides… El agua tibia favorece la entrada en las células.

– Añadimos el jugo de uno o dos limones. Si resulta muy ácida se puede endulzar con un poquito de estevia.

– Nos comemos el jugo, es decir lo vamos bebiendo a sorbitos, así se absorbe mejor que si lo bebemos de una vez.

Como inconveniente es que este jugo puede dañar el esmalte dental amarilleándolo, por ello recomiendo beberlo con pajita de vidrio tipo esta

Fuentes

1- BMC Cancer. 2015 Oct 12;15(1):682. doi: 10.1186/s12885-015-1706-y. Hesperidin inhibits HeLa cell proliferation through apoptosis mediated by endoplasmic reticulum stress pathways and cell cycle arrest.


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