Antiséptica Una de las cualidades más importantes de la arcilla es que tiene una gran capacidad para absorber todo tipo de sustancias y toxinas, es decir, ejerce un gran poder desinfectante y antiséptico arrastrando todo tipo de impurezas de la piel al exterior. Calmante y antiinflamatoriaLa arcilla ejerce un efecto calmante instantáneo. Incluso en las pieles más sensibles (al menos según nuestra experiencia), con dermatitis, herida, inflamación o afecciones de la piel y los músculos, la arcilla calma y reduce el dolor y la inflamación.
Estimulante del sistema inmunológico La arcilla es una sustancia rica en multitud de minerales que nutren la piel y, a través de ella, penetran en el torrente sanguíneo proporcionando micronutrientes esenciales para las funciones biológicas del organismo.
La arcilla es un gran revitalizador de la piel y las células proporcionando elementos que estimulan sus defensas naturales contribuyendo así a reforzar nuestro sistema inmunológico.Estimula el sistema circulatorio y linfático La arcilla (especialmente la blanca y la verde) tiene una capacidad extraordinaria para proporcionar frío y con ello estimular la circulación y depurar el sistema linfático, reduciendo la retención de líquidos y la congestión en caso de celulitis y varices.
Regenera los tejidos Gracias a sus muchos minerales, no solo contribuye a las defensas naturales de la piel, sino que también proporciona a las células algunos nutrientes esenciales para cicatrizar los tejidos dañados, favoreciendo así su reproducción y regeneración.