El yacón es un tubérculo maravilloso conocido desde hace milenios por los primeros pobladores peruanos, quienes ya percibían sus beneficios.

Crece en zonas altoandinas, acomodándose bien en ese tipo de clima (templado, caluroso y con épocas de heladas). Su aspecto es parecido al de una papa alargada.

Algunos de sus componentes son excelentes para regular los contenidos de azúcares en la sangre y una eficiente digestión. Entre estos elementos figuran la inulina y oligofructuosa.

Como sabemos, la inulina es un benefactor del tracto digestivo. Junto con la oligofructuosa, permiten la mejor absorción de los nutrientes de los alimentos y un mejor aprovechamiento de ellos. También estimulan la producción de la flora intestinal buena (efecto probiótico), con lo que se eliminarán elementos perjudiciales en el organismo. Además, la inulina, de acuerdo a estudios, permite al cuerpo regular el azúcar de la sangre al controlar los niveles de insulina en el organismo.

Raiz de Yacón

Aunque el sabor del yacón es dulce, sus niveles de azúcares son mínimos, de hecho, antiguamente se consumían sus raíces (en donde se concentran las mayores cantidades de inulina y oligofructuosa, tanto como el resto de la pulpa. La inulina de esta planta constituye un azúcar no digerible, por lo que puede ser consumida por los diabéticos sin problemas.